jueves, 11 de febrero de 2010

Puerto Quijarro - Corumbá. 31 a 2 febrero 2010.















Tras 5 días de no mover un dedo, decido despertar del letargo en el que vivo y viajar a Quijarro, una ciudad fronteriza con Brasil. Allí se encuentra El Gran Pantanal, que, situado en su mayoría en Brasil, es una llanura aluvial inmensa que cubre también algunas partes de Bolivia y de Paraguay. Es el humectal más grande del mundo, con una extensión total de 200.000 km2. Es posiblemente el ecosistema más rico del mundo en biodiversidad de flora y fauna.

La región ha sido llamada "un paraíso ecológico" y "un santuario de vida salvaje de belleza espactacular", con especies de flora y fauna tan densa y diversa como las de la selva Amazónica. Como la zona del Amazonas, el Gran Pantanal es uno de los sistemas hidroecológicos más densamente poblado del mundo. Se forma un ambiente que es el hogar de miles de especies de plantas, mariposas, insectos, aves, serpientes, reptiles, peces y mamíferos. La anaconda y el yacaré, el yaguar, el pecarí, el tapir y la nutria gigante del rio, el tucán y el guacamayo, entre muchos otros, hacen su hogar en el Gran Pantanal.

Y después de esta clase de wikipedia... qué decepción más grande!!! Cuando llego allí descubro que no hay ninguna agencia de tours que organicen salidas al Pantanal desde Bolivia. La zona no tiene apenas infraestructura para atender al turista. Me cuentan que antes había un guía que tenía una barca, y ofrecía sus servicios a los turistas para dar un paseo por el Pantanal y enseñar la zona, pero lo pillaron traficando con piedras semipreciosas y le requisaron la barca. Ahora no hay nadie en el pueblo que ofrezca ningún servicio turístico.

Mi única opción es cruzar la frontera a Brasil (a 15 minutos caminando), para ir a la ciudad de Corumbá donde sí tienen uina buena red de agencias que ofrecen excursiones de 3 días. Lo malo es que yo no quiero pasarme 3 días haciendo actividades de pesca de pirañas, montar a caballo...
En el hostel conozco a Alan, un carioca que acaba de llegar y se encuentra con el mismo problema. Decidimos cruzar juntos la frontera y tomar un micro hasta el puerto de Corumbá, donde nos han dicho que hay barcos que te llevan a pasear por el Pantanal por horas. Contratamos uno por una hora, pero no pudimos ver ningún animal peculiar de la zona, tan sólo patos, caballos, vacas y un cerdo. Vaya, nada especial. Bueno, al menos el paseo ha sido bonito...

Como anécdota os contaré que pasar la frontera de Bolivia a Brasil por Puerto Quijarro es más fácil que ir al súper. Pasamos caminando y nadie nos dijo ni nos pidió nada. Preguntamos si teníamos que rellenar el formulario de salida de Bolivia para ir a pasar el día en Corumbá y volver a la tarde, y nos dicen que no hace falta, que adelante. En la frontera de Brasil ni nos preguntan. A la vuelta, tres cuartos de lo mismo. Caminamos de Brasil a Bolivia pasando por las 2 fronteras como si nada... Ni nos pidieron documentación, ni nada de nada. Una pasada!!! Vaya, que puedo matar a alguien en un país y fugarme al otro sin que nadie me pida siquiera la documentación...

Bueno, mañana me voy en un vuelo para Santa Cruz de nuevo, para tomar allí un taxi al día siguiente a Samaipata. Alan tiene un billete de tren a Santa Cruz, para luego ir también a Samaipata, así que decidimos continuar la ruta juntos.

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